Quién soy

En un mundo imperfecto, yo no soy la excepción

sábado, 15 de septiembre de 2012

Comer perdices no implica ser felices

De pie, junto a la limusina, la vio llegar. Aunque ella no necesitaba la magia para brillar, aquella noche lucía esplendorosa, envuelta en un sueño de Chanel. Le habría gustado decirle lo hermosa que estaba, pero conocía su papel en la obra, y se limito a  abrirle la puerta. Fue entonces cuando notó un  ligero pinchazo en el costado izquierdo, y se tambaleó rozando su brazo desnudo. Ella, a su vez, lo miraba con sus ojos de luz llenos de preguntas.


-         ¿Eres Tom?

-         Tomás, vuestro chofer.

-         Tom o Tomás qué más da el nombre. Eres tú, mi compañero de tantos anocheceres.

-         Eso terminó. Ahora debo llevarte a cumplir tu destino. Todos te aguardan.

-         ¿Qué destino? ¿Un príncipe que solo me reconocerá si voy vestida de gala? ¿Alguien que me amará sin saber quién soy? Tom… Reescribamos esta historia sin sentido y hagámosla nuestra. ¿Acaso has olvidado todo lo que te he contado junto al fuego o mirando las estrellas en nuestras noches a solas? Tú escuchabas tumbado en mi regazo, pero yo sentía que me comprendías. ¿No era así?

Los  felinos ojos verdes  brillaron en la oscuridad:

-Sabes que sí.

-Y tú sabes que hay un lugar nuestro, esa isla que inventamos y a la que llamamos Existiamo. Yo no quiero bailar hasta las doce de la noche en brazos de un principito azul, ni correr perdiendo un zapato de cristal que, por cierto, me está matando. Deseo bailar contigo canciones en idiomas que no comprendo pero hago mías. Podríamos fugarnos.

-¿Y cambiar el final del cuento?

-Los cuentos son fantasía, y qué mayor fantasía que la libertad de elegir.

-¿Renuncias a un príncipe?

-No renuncio a mi compañero que eres tú. ¿Vamos?

-Sí.

-Espera -se quitó los zapatos de cristal, volviéndose hacía él con una sonrisa.- ¿Sabes que dirección tomar?

-Hasta el infinito y más allá.


………………………….



El salón resplandecía. La flor y nata de la aristocracia se congregaba aquella noche en el baile de palacio. En los cuellos de las damas refulgían las joyas, los caballeros se movían con la elegancia de siglos de cultivar las más refinadas reverencias,  y los músicos tocaban las piezas de baile más exquisitas. Pero el apuesto príncipe no disfrutaba de tan hermoso entorno, sus ojos contemplaban preocupados el gran reloj a punto de dar las doce de la noche. Entonces sonó su móvil de última generación. Era la voz del Hada Madrina:

-Tengo malas noticias. Cenicienta no llegará esta noche. Se ha fugado con el chofer. Es un plebeyo al que convertí en gato hace años cuando no quiso desposar a la condesa Lucrecia. Al parecer, él y Ceny llevaban tiempo intercambiando confidencias y hoy, aprovechando la coyuntura, han escapado.

-¿Y yo qué? ¿Cómo voy a explicar este bochornoso suceso a mis súbditos?

-Tranquilo, príncipe. Estas cosas pasan cuando un amateur con ínfulas literarias se mete a reescribir cuentos. Ya saldaré yo cuentas con la tal Jane. Además,  la imagen de la dulce y sumisa Cenicienta estaba  pasada de moda. Ahora el público reclama otra cosa, así que preparaos para enamorar a una mujer famosa, mediática, y tan querida por el pueblo que la llaman su princesa. Ya he hablado con su representante, y está de acuerdo en organizar un romance al que daremos la mayor cobertura. Olvídate de poblar sueños infantiles, príncipe, ahora serán las madres y abuelas las que buscarán tu rostro en revistas y programas de televisión, e incluso es posible que hagan un serie con tu vida. Dejarás de ser un príncipe anónimo y, si el gran público te acepta, quién sabe lo que puede pasar.



El príncipe sonreía escuchando a estas palabras, cuando el reloj comenzó a dar las doce campanadas. En ese mismo momento, en un lugar camino de alguna parte, una antigua cenicienta y un soñador rebelde buscaban en  las estrellas el camino a  ese lugar que un día llamaron Existiamo.


Y colorín colorado este cuento… en realidad no ha empezado, pero no hay comer perdices para ser felices.






2 comentarios:

  1. Jajaja, ya me imagino los titulares: "La princesa del pueblo y su principe azul la arman en tele5"
    Un abrazo, querida Jane.

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  2. El otro día alguien me dijo. Así no era el cuento. Respondí: Yo los mezclo todos.
    La centrifugación mental es lo que tiene.
    Besos.

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